SAN CRISTOBALÓN

San Cristobalón está en la puerta
con la capichuela puesta,
esperando que le digan
la oración del peregrino;
cuando Jesucristo vino
y se puso en el altar,
con los pies llenos de sangre
y las manos azotás.

No te vayas Magdalena,
que me tienes que limpiar,
que estas son las cinco llagas
que me quedan que pasar.
Pasaré chicas y grandes
por toda la cristiandad.

El que esta oración dijese
todos los viernes del año,
sacará un alma de pena
y la suya de pecado.

Quien la sabe y no la dice,
Jesucristo lo maldice.
Quien la oye y no la aprende ,
llegará el día del juicio,
y verá lo que le conviene.