ROMANCE DE LA FUENTE DEL MILAGRO

ROMANCE DE LA FUENTE DEL MILAGRO

El hijo del noble Conde,
fiel a su Rey y a su dama,
defensor de cien castillos
y dueño de aquesta plaza,
dicen dueñas y escuderos
que no existen esperanzas
de que le salven la vida
como milagro no haya.
¡Bien saben los Benavides
que su religión los salva,
y que la misma los guía
en la paz y en la batalla!

Si oyeres la voz del cielo
y tristezas alejaras,
presto juro que estarías
al frente de tus mesnadas

Tu ciervo no se ha perdido,
quedó oculto en unas matas,
y se marchó a refrescar
sus fauces ensangrentadas
en una fuente que hay
del Castillo a sus espaldas,
cubierta con unos arcos
que al Muradal dan la cara.

Mandad los siervos y arqueros,
y que os aposten la caza,
que aunque viva, está prendida
esperando que os la traigan.
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