Juan Carrión

Mi amigo Juan Carrión,
me lo encuentro una mañana
muy arreglado,
con chaqueta y pantalón.

Curro sabrás que me he casado.
Que sea para honra de Dios.
Me llevó a su casa,
a la mujer me presentó.

Como era verano,
con gazpacho me obsequio.
A mí me entregó una guitarra
-Sante y Sante, malento-

Que la casa se puso llena
de la gente que acudió.
Allí acudían mocitas
mas bonitas que el sol.

A mí se me acerco una vieja,
vieja de mil demonios,
nieta de San Antón:
– Curro, tengo doscientas mocitas
que rabian por un varón.
Como si casarse fuera
tener diariamente un doblón.

Caramba, caramba que no me caso,
que soltero estoy mejor.
Como, bebo, me divierto,
me acuesto en cualquier rincón,
me arropo con el sombrero,
y no se me rompe el zurrón.